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CABALLERO DE LAS ALTURAS

               n  su vieja casa                                                AGENDA
            Edel distrito de
            Sabandía, en Arequi-
            pa, Mauricio de Ro-
            maña  Bustamante
            cerró los ojos ro-
            deados de los suyos
            la tarde del pasado
            1 de septiembre.
            Tenía ochenta y
            ocho años, era de
            profesión ingeniero agrónomo, y si hubiera llevado un
            diario o escrito sus memorias (¿o acaso están guardadas                                    El brindis, 2021
            en alguna petaca?) de seguro serían el testimonio excep-
            cional de una aventura tenaz, sostenida a lo largo de
            décadas, con el claro propósito de conocer, difundir y
            proteger el patrimonio natural de la región que encabeza   EXPOSICIÓN DE HÉCTOR ACEVEDO
            la ciudad donde nació y expiró.                      Entre el pasado 3 de setiembre y el próximo 22 de
                Mauricio de Romaña parecía un aventurero del sig-  octubre,  el  pintor  Héctor  Acevedo  (Lima,  1963)
            lo xix y era, en realidad, un visionario del siglo xxi. Como   expone en la galería  La Esfera del Ayuntamiento
            otros personajes de su generación, se había formado para   de Monóvar, Alicante, una muestra de sus últimos
            dirigir alguna hacienda familiar, pero las reformas de los   trabajos titulada A la sombra de lo evidente. Acevedo
            años setenta reorientaron sus pasos. Conocía la campiña   pasó su infancia en Trujillo, y realizó luego estudios
            arequipeña y los más insólitos parajes de lo que entonces   en la Universidad Nacional de Ingeniería, y en la
            se llamaba «el departamento», casi como la palma de su   Escuela Nacional de Bellas Artes. En 1989, decidió
            mano. La región de Puno, con sus magníficos espacios   entregarse de lleno a la pintura y, desde entonces,
            naturales y sus pueblos de imponentes templos, figuraba   ha desarrollo un serie de muestras individuales en el
            también entre los lugares de su predilección. Romaña   Perú y otros países, y ha participado en exposiciones
            iba en un gastado jeep por los páramos más lejanos y no   colectivas y en importantes bienales, en Florencia y
            temía las dificultades de las trochas o los caminos apenas   Buenos Aires, donde ha obtenido también valiosos
            insinuados. Tenía aplomo, paciencia, curiosidad incansa-  reconocimientos. El pintor es dueño de una paleta
            ble, conocimiento detallado de muchos secretos geográfi-  de vigoroso cromatismo, que se apoya en las veladu-
            cos, y sumaba a ello una habitual bonhomía, que para   ras para realzar la fuerza expresiva de unos personajes
            sus acompañantes ha convertido en inolvidables, por   entre renacentistas y surrealistas, próximos también
            muy gratas, las excursiones que comandaba.           a los que aparecen en la tradición plástica peruana.
                Su espíritu ecologista, cuando recién empezaba a   Acevedo radica desde hace un par de años en Ciu-
            ponerse en boga el término, le permitió librar campañas   dad Real (Castilla La Mancha), y tendrá pronto una
            exitosas para la conservación de sitios fundamentales de   exposición paralela en el Centro Cultural Ccori Wasi
            nuestro patrimonio natural. Las aves que hacen su pasca-  de la Universidad Ricardo Palma, en Lima.
            na hemisférica en las lagunas del balneario de Mejía po-
            drían extenderle un pergamino de reconocimiento por la
            constancia y consistencia con que defendió ese hábitat.
            La Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca tienen
            también que agradecer sus atinadas intervenciones, así
            como el llamado «Valle de los Volcanes», en la cuenca de   ministerio de relaciones exteriores
            los ríos Orcopmapa, Mamacocha y Andagua.
                Mauricio de Romaña sabía que la primera indus-        dirección General para asuntos culturales
            tria cultural del Perú es el turismo, orientado tanto a los
            bienes naturales como al patrimonio creado por sus an-
            tiguos pobladores a lo largo de la historia, y sabía tam-
            bién que para promoverlo de manera exitosa, conceptos
            como sostenibilidad, protección e inclusión son funda-
            mentales. El Valle del Colca, con sus admirables an-
            denes, sus desperdigadas iglesias barrocas y el habitual
            revuelo de los cóndores, mereció sus mayores desvelos y
            le debe a su constancia figurar entre los más atractivos
            destinos que pueden ahora visitarse en el sur andino.
            A manera de homenaje a los collaguas y cabanas del
            Colca, y a ese infatigable y admirable promotor de sus           Jr. Ucayali 391, Lima 1, Perú
            valores que fue Mauricio de Romaña, el Perú debiera               quipuvirtual@rree.gob.pe
            gestionar pronto la inscripción de tan valioso paisaje
            cultural en la Lista del Patrimonio Mundial.                     www.ccincagarcilaso.gob.pe

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