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UNA VISITA GUIADA
Alonso Ruiz RosAs
Recorrido imaginario por el Monasterio de Santa Catalina, en compañía del pintor Ricardo Córdova.
l centro histórico de Arequipa fue inscrito en la INGRESO, LOCUTORIOS, NOVICIADO
ELista del Patrimonio Mundial el año 2000. La ciu- Por la calle Santa Catalina, integrados al períme-
dad fue fundada en 1540: noventaiséis españoles, in- tro, se elevan robustos contrafuertes y las dos sencillas
cluyendo unas pocas mujeres, y un número impreciso portadas de la iglesia. Al pie del campanario, se abre
de collaguas, quechuas, puquinas, collas y miembros un portón bajo el relieve de la santa sienesa. Surge en-
de otras etnias asentadas en la comarca, participaron tonces el patio de ingreso, con muros de color almagre.
en el acto. Ubicada en un colorido valle salpicado de La blancura exterior contrasta con el cromatismo que,
en adelante, ofrece el monasterio. Dan al patio cuatro
pequeñas salas con la parte externa de los locutorios.
Al fondo, precedida por unos arcos, la sala de portería,
con el respectivo torno, conduce al interior. Penumbra
y distancia: el ambiente contiguo tiene una larga bó-
veda de cañón, atravesada longitudinalmente por un
muro, en cuyas aberturas hay una doble reja. Los locu-
torios están apenas iluminados por unos tragaluces con
piedra (alabastro) de Huamanga.
En el segundo patio, de color naranja ocre, se halla
la sala de visitas. Su techo es plano porque la bóveda
original se desplomó en el terremoto de 1868, uno de
los más devastadores entre la docena de sismos que han
sacudido la ciudad. Aquí las monjas recibían al obispo
y a contados visitantes. La sala acoge ahora unas imáge-
Patio de ingreso y Claustro de los Naranjos (detalle), 2019. Óleo sobre tela nes del siglo xviii, de tamaño natural, que representan
caseríos, al pie de tres volcanes y en medio del desierto, la Última Cena.
la naciente ciudad no tardó en emplear el tufo volcá- Dos arcos arbotantes anteceden al tercer patio. En
nico o sillar para sus construcciones, dotándolas de un el segundo arco, una inscripción: silencio, resume el
perfil inconfundible. Ella surgió de la plutónica / marea sentido de la vida monástica. El patio muestra la solidez
blanca del sillar dice el poeta César A. Rodríguez. Su de la construcción y llama al recogimiento. Las chorre-
gloria arquitectónica será el barroco mestizo, aunque ras sobresalen en lo alto; el piso, ajedrezado, combina
sabrá proyectarse al neoclásico. De sillar es también el sillar con los cantos rodados y deja ver las canaletas
el Monasterio de Santa Catalina, primera clausura pluviales. Al fondo, junto a dos arquerías en ángulo, un
de monjas dominicas establecida en el Virreinato del estrecho zaguán lleva al pequeño Claustro de Novicias,
Perú. El monasterio data de 1579; acogió entonces a su con bóvedas de ladrillo y desnudos muros y columnas
fundadora y benefactora, María de Guzmán, una viu- de sillar. Lo adornan unas Letanías Lauretanas, decimo-
da criolla a quien acompañaban tres postulantes, una nónicas. El claustro tiene una capilla neoclásica y siete
doncella y una esclava. A fines del siglo xviii, vivían allí de las ochenta celdas que suma, en total, el monasterio.
más de 400 mujeres, entre mon- CLAUSTRO DE LOS NARANJOS,
jas, novicias, seglares y servidoras. CALLEJUELAS, COCINA
El monasterio resume el proceso Un zaguán esquinado con-
edificador del centro histórico: duce al Claustro de los Naranjos.
es, se ha dicho muchas veces, una Hacia el medio, entre los naran-
ciudadela en medio de la ciudad. jos, tres cruces verdes, de madera,
Los 20 426 m que abarca evocan el calvario. El claustro, de
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están cercados por un alto muro azul añil y blanco, luce un decora-
de sillar de fines del siglo xvii, do mural de aves y flores, altorre-
excepto el tramo de una calle la- lieves con anagramas y una serie
teral, abierta en 1946 sobre parte de lienzos -Emblemas de amor divi-
del huerto. El muro y la fachada no- sobre las vías de la experiencia
de la iglesia estuvieron pintados mística: purgativa, iluminativa,
de amarillo ocre, con los relie- unitiva. El barroco permite que
ves y la cúpula de blanco, hasta un niño alado, entre ángel y Cu-
1970, cuando concluyó su restau- pido, dispare sus flechas. En un
ración y el municipio impuso el lienzo se advierte una explosión
sillar cara vista en los exteriores. volcánica. Las pinturas incluyen
A la distancia, el conjunto pare- citas y explicaciones. Se lee, por
ce fabricado con miga de pan. ejemplo, este versículo: Tú sabes,
De cerca, no deja de sorprender Señor, mis locuras, y mis pecados no
se esconden de ti. En estos claustros,
el aplomo de esta frágil levadu- frecuentes en la arquitectura lo-
ra volcánica, que los alarifes han cal, se suceden las cúpulas de aris-
venido labrando durante más de ta apoyadas en ménsulas y pilares.
cuatro siglos. Calle Sevilla, 2020. Óleo sobre tela
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