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profesor privado y cantor de la cate-
dral. Todavía intentó regresar a Perú
en 1841, ante un llamado que hicie-
ra el presidente Abelardo Gamarra,
pero, atrapado en los avatares de la
política, una vez desembarcado en
el Callao se dio con la sorpresa de
que tales promesas no podían ser
cumplidas. Con mucha amargura
hubo de regresar a Chile, donde
en 1846 se le presentó la oportuni-
dad de dirigir la capilla catedralicia
de Santiago ante la renuncia de su
anterior maestro, el italiano Henry
Lanza, que había sido traído expro-
feso para hacerse cargo del puesto,
pero que prefirió seguir una carrera Mauricio Rugendas, Mercado de Lima, 1843
operística en los teatros santiaguinos.
La capilla catedralicia de Santiago de Chile, al casarse por sus votos religiosos. Al pedir la dispensa
contrario que la de Lima -en decadente apatía luego de estos, se dio con la sorpresa de que simplemente
de su esplendor virreinal-, experimentaba un proceso no habían sido reconocidos debido a su condición
de mejora continua, que la llevó a ampliar no solo sus de afrodescendiente.
elencos de cantores e instrumentistas, sino a renovar En 1864, Alzedo decidió regresar al Perú, atraí-
íntegramente su repertorio, admitiendo influencias do por la oferta de una pensión y la posibilidad de
extraeclesiásticas, que en la época se expresaban en el regir un conservatorio financiado por el Estado, un
estilo rossiniano recién llegado al continente. Alzedo propósito serio de encausar la educación musical en
no fue ajeno a este tipo de influencias y su reconoci- el Perú que se discutía por aquel entonces. Por des-
miento al compositor de Pésaro se observa tanto en gracia, no fue posible consolidar la fundación de este
su música como en algunas páginas de su Filosofía establecimiento y, en su lugar, Alzedo fue nombrado
Elemental. El peso de Rossini en los compositores de director de las bandas de los cuerpos del Ejército.
la época era notorio y también bien recibido. Alzedo Este cargo le permitía contar con un salario estable y
no dudó en reconocer no solo las dotes melódicas y le dio la posibilidad de residir permanentemente en
creativas del italiano, sino en adaptarlas, reformular- Lima, ciudad en la que pasó sus últimas décadas de
las y mostrarlas desde una perspectiva propia. vida, en medio del reconocimiento general. Recibió
una pensión vitalicia del gobierno, sucesivos home-
najes y, sobre todo, la gran satisfacción de ver reinter-
pretada su música, tanto la sacra como la profana, en
especial sus himnos y marchas militares, que varias
sociedades musicales de Lima pusieron en escena en-
tre 1865 y 1875. Cuando falleció, en diciembre de
1878, tuvo funerales discretos, aunque la prensa de
la época se refirió respetuosamente a él como uno de
los últimos padres de la Independencia.
José Bernardo Alzedo dejó, como se ha visto, un
catálogo compuesto sobre todo por música religio-
sa, pero destacan también sus canciones, marchas e
Alzedo, Himno... y Filosofía... Biblioteca Nacional del Perú himnos, así como el tratado de filosofía musical. El
Como maestro de capilla, Alzedo estaba obli- rescate de sus composiciones ha sido una tendencia
gado a componer la obra del servicio religioso cate- creciente en los escenarios peruanos de los últimos
dralicio, lo que explica por qué buena parte de sus años y ha permitido escuchar nuevamente obras su-
obras se conserva en la capital chilena y están en su yas desconocidas, y valorar ese mismo oficio y sapien-
gran mayoría dedicadas al ámbito sacro. Una de las cia de los que en vida estuvo tan orgulloso.
pocas obras no litúrgicas es la obertura La Araucana,
donde precisamente pone de manifiesto las ideas y la bibliografía
Carlos Raygada. Historia crítica del Himno Nacional. Lima, Juan Mejía Baca
influencia de Rossini. Asimismo, se había ganado un & P. L. Villanueva Editores, 1954.
lugar preferente en la actividad musical de la socie- Victor Rondón y José M. Izquierdo. «José Bernardo Alzedo (1788-1878) o
la apoteosis de un músico pardo», 2009.
dad santiaguina, en cuyos registros aparece su figura
de forma constante y bien recibida por los protago- *Escritora y música. Profesora principal de la Universidad Nacional de
nistas de la época, como José Zapiola e Isadora Ze- San Agustín de Arequipa.
gers. En 1857, contrajo matrimonio con Juana Rojas, https://alzedo.weebly.com/
https://www.youtube.com/watch?v=pG1f7B4zOVM
su pareja de varios años, con quien no había podido https://www.youtube.com/watch?v=C8mNLPrfB0U
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